La función de la caja de cambios es adaptar la fuerza proporcionada por el motor a las necesidades de propulsión demandadas en la conducción del vehículo. Existe gran diversidad de tipologías, patentes y denominaciones que han sido desarrolladas por los diferentes fabricantes de la industria del automóvil, pero atendiendo a su diseño y características constructivas, pueden ser englobadas en los siguientes cuatro grupos.
Conocida también como caja de cambios estándar, es el sistema más antiguo y que suelen equipar las versiones más básicas de cada modelo de automóvil al tener un coste más reducido. No obstante, son muchos los adeptos a este tipo de caja de cambios, ya que permite disfrutar una experiencia de conducción más clásica e intensa. Se caracteriza por la presencia del pedal de embrague, elemento necesario para poder realizar la transición entre los diferentes engranajes que la componen. Permite de cuatro a siete relaciones de cambio y la marcha atrás o reversa.
Mantiene la presencia del embrague, pero elimina el pedal introduciendo actuadores hidráulicos o eléctricos que realizan su función. Ofrecen la posibilidad de efectuar las transiciones de manera autónoma a través de un sistema de gestión electrónico o manualmente mediante desplazamiento de la palanca de manera manual. Las versiones más modernos incorporan dos embragues, aumentando la eficacia del sistema y permitiendo el engranaje de las marchas en centésimas de segundo.
Este tipo de caja de cambios elimina la presencia del embrague al introducir un convertidor de par. El mecanismo utiliza para su funcionamiento aceite presurizado y se compone de dos turbinas contrapuestas en 180 grados, una movida por el eje del motor y actuando como bomba y otra acoplada a la transmisión del vehículo, recibiendo la fuerza cinética del choque del aceite proyectado por la bomba en sus alabes, transfiriendo el par y reenviando el aceite a la primera. Para complementar el sistema y gestionar las relaciones de cambio, incorpora una pieza central llamada estátor que incrementa o reduce el par transmitido y el embrague puente que reduce la temperatura del aceite y baja el consumo. Permite hasta nueve relaciones de cambio.
La caja CVT es conocida como de transmisión continua variable, consta de dos poleas de transmisión, una conductora fijada al eje del motor y otra conducida en el sistema de transmisión. Ambas poleas están conectadas por una correa de transmisión y consta de dos superficies cónicas, una fija y otra movida hidráulicamente, al contraerse o expandirse varían la circunferencia de dicha polea y modifican el radio de giro de la correa. Ambas poleas tienen un funcionamiento solidario, de forma que cuando una se ensancha, la otra se estrecha, consiguiendo de esta manera tan ingeniosa una relación de cambios casi indefinida.
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